Entre las
Páginas:
Por: Buba.
Las
yeguas finas
Me llamo Sofía,
tengo 11 años y soy una yegua fina. Así les dicen a las chicas que estudiamos
en el colegio francés…
Guadalupe
Loaeza escribe este libro en 2006. Una
novela que atrapa por la peculiaridad de su historia que en realidad es muy
sencilla. Lo que a mi parecer es lo más sobresaliente de este texto es que te
transporta a otra época, aquella costumbrista, llena de hipocresía y
tradiciones.
Una obra donde se
habla de las marcas, las tendencias, las formas de comportarse en la sociedad y
todo visto y expresado desde el punto de vista de una pequeña de once años que
estudia en uno de los mejores colegios de México y que vive en una familia de
clase media con aspiraciones a ser algún día de clase muy alta.
Esta pequeña
sufre como todos los niños con hermanos mayores… se siente abandonada y dentro
de su relato vive las experiencias mas terribles que puede vivir un pequeño en
su cotidiano existir.
Este libro es muy
bueno para leerlo en un fin de semana o unas cuantas hojas todas las tardes
acompañando tu lectura por un buen café.
La
editorial es Planeta y lo puedes encontrar en cualquier librería. Su costo no
excede los $70.oo e incluso lo encuentras en mercadolibre.com.
- El recreo.
Mr.
Green:
La mosca en la leche.
Como cada
mañana Erick estaba sentado en el comedor del orfanato, frente a sus ojos había
un vaso de leche; lo observaba, no tenía la intención de beber leche ya que no
le gustaba; una mosca daba vueltas alrededor, así dando vueltas la mosca fue
directo al vaso, se paro y caminó por la orilla del vaso, se rascó las alas,
luego se limpió la cara, se puso frente a Erick, frotó sus patas delanteras y
se vieron; ninguno hizo algo, así que lentamente se metió al vaso. Comenzó a
beber del líquido blanco, el niño solamente observaba a la mosca que daba de
vueltas dentro del vaso. El cocinero llegó con un trapo a espantar a la mosca,
le hizo una cara de enojado al pequeño y se llevo el vaso; siempre era lo
mismo, el niño dejaba la leche.
Al siguiente
día Erick estaba sentado frente a un vaso de leche, ahí estaba observando el
vaso, la misma mosca volaba alrededor,
llegó, se puso a la orilla del vaso, camino por la orilla como un buen
equilibrista, se metió al vaso y comenzó a beber de la leche; salió se quedó
viendo al niño, le salió un pequeño eructo y dijo: “gracias camarada, está muy rica esta leche, debías probarla.” Voló antes de que el cocinero le diera un
golpe con un periódico que llevaba en su mano, tomó el vaso y se lo llevó,
alcanzó a decir: “diantre de niño.”
Se fue dejando el periódico sobre la mesa, Erick tomo el papel enrollado y
salió en busca de la mosca, la vio revoloteando por el pasto, intento darle un
golpe, pero falló, la vio parada sobre la pared e intento darle otro golpe,
pero volvió a fallar. Tomo el periódico y se fue a sentar a una banca, pasaron
unos minutos, se escucho el vuelo de la mosca que se poso sobre su mano, le
dijo: “hola camarada. He visto que
tratabas de golpearme, gracias a la leche que me dejas he podido tener más
velocidad, ahora es más fácil para mí escapar, se dice que somos asquerosas y
demás cosas, pero nosotros cumplimos una función dentro de este mundo, tal vez
no seamos de lo más importante, pero por algo existimos en el mismo planeta, a
veces se me hace injusto que nos maten, mira los conejos, no hacen nada, pero
son simpáticos y nadie los mata con un trozo de periódico; nosotras igual somos
simpáticas. Pero así es la vida de una
mosca.” Sin decir nada más la mosca
se fue volando hacia el jardín.
A la siguiente
mañana Erick estaba frente a un vaso de leche, lo tomo y le dio un sorbo, el
sabor no fue mucho de su agrado, así que le dio otro sorbo, entonces el sabor le comenzó agradar, la
mosca se apresuro a llegar y le dijo: “despacio
camarada, deja que yo también pueda tomar.” El cocinero salió a toda
velocidad y trato de atrapar a la mosca, lo cual no logró, el niño se sentó en
la banca con rastros de leche aun en sus labios. La mosca volando se posó en
su mano: “ese cocinero nunca podrá atraparme, no te tomes la leche tan rápido
casi me dejas sin desayuno.” Se fue volando de nuevo.
El cocinero
reporto la plaga de moscas con la directora, así que ella inmediato llamo a un
exterminador de plagas. Por la tarde llegó el exterminador, regó por todas
parte su letal insecticida, muchas moscas cayeron, unas daban vueltas en el
suelo sin poder alzar el vuelo; los niños las aplastaban. Erick buscaba a su
amiga mosca entre las aplastadas, pero no la podía distinguir, ya que todas
eran iguales, solamente se escuchaba el crujir de las moscas al ser aplastadas;
Erick desconcertado buscaba sin tener éxito, se notaba la desesperación de no
hallar a su amiga. El cocinero se sintió complacido al ver que las moscas
habían muerto, regreso a la cocina cantando muy feliz.
El niño se
quedo triste viendo en el suelo a todas esas moscas aplastadas, entre ellas
pensaba que estaba su amiga mosca y el no pudo rescatarla; una lágrima estaba a
punto de salir de su ojo, cuando una voz en su oído le dijo: “ya ves camarada la importancia de la
leche, de no haber bebido tanta me hubieran aplastado como a ellas, pero una
vez más la leche me ha ayudado a sobrevivir, pero en estos momentos no es
seguro estar en este lugar, camarada me voy por un tiempo cuídate y bebe de la
leche que ya ves como funciona…” se
escucho el aleteo de la mosca que se alejaba; voló hasta que ese punto
negro con alas se perdió entre el jardín y el cielo azul. El niño se quedó
triste, pero a la vez alegre de haber visto viva a su mosca amiga.
Varios días
pasaron, Erick ya tomaba de su leche, al terminar se paraba en el patio,
esperaba ver alguna mosca que llegara, pero era en vano, no llegaba nada. Las
hojas comenzaron a caer, el viento del otoño soplaba, el pequeño estaba sentado
frente a un vaso de leche, lo observaba y luego le daba un sorbo, volvía a ver
el vaso y le volvía a dar un sorbo; trataba de no tomar rápido por si llegaba
su camarada; en eso una pequeña mosca entro volando por la ventana, dio vueltas
sobre el techo, aterrizó en la mesa; se rascó las alas, luego se limpió la
cara, se puso frente a Erick, frotó sus patas delanteras, se vieron, se acercó
y caminó por la orilla del vaso, se quedo viendo al niño, el niño dibujo una sonrisa y le dijo
“camarada.” La mosca no respondió y
se metió a beber lo que había de leche, después llegó otra mosca, se paro en el
hombro del niño y le dijo. “camarada, él
es mi hijo un poco tímido y glotón. Venimos a visitarte y de paso para que el
pruebe la leche, ya te veo más fuerte, haz bebido de tu leche, eso me alegra.
Nos tenemos que ir antes de que ese cocinero nos quiera atrapar, nos vemos,
cuídate camarada, pronto te visitaré.” Le chifló a su hijo, el alteo de
ambas se escucho y juntos volaron en lo que el cocinero salía corriendo y
gritando “shu mosca, shu mosca, shu mosca.” El niño comenzó a reír, salió
a jugar con los demás niños, se dio cuenta de lo importante que era el tomar su
leche por la mañana y el respetar a las
demás especies que habitan el mundo; todos aquí cumplen una función pensó.
“Dedicado a la sonrisa que se está
llenando de dientes y me hace cada día mejor; el pequeño Erick cachetes.”
Demencias Culpables
Por: Black Hexe
NIÑOS ASESINOS
Jon Venables 10 años y Robert Thompson 10 años
Solo tenían diez años cuando cometieron uno de los más
aberrantes crímenes de la historia del Reino Unido. La mañana del 12 de febrero
de 1993 ambos faltaron a la escuela y fueron a un centro comercial robaron
algunas cosas pequeñas de los comercios. Pensaron que seria genial secuestrar
un chico para lanzarlo al tráfico y provocar un accidente. James Bulger un niño
de dos años estaba jugando fuera de la carnicería donde estaba comprando su madre,
lo convencieron de irse con ellos solo fue cuestión de segundos para que los
tres desaparecieran del centro comercial.
Fue el comienzo de una horrible agonía. Lo arrojaron a un zanja
provocándole heridas en el rostro, el
pequeño lloraba algunas personas los vieron pero asumieron que eran hermanos y
que solo estaban jugando. Caminaron hasta unas vías de tren. Ahí le arrojaron
piedras al pequeño, lo patearon le introdujeron pilas en la boca y le dejaron
caer una viga de metal de 10 kgs. en la cabeza lo que le provoco múltiples
fracturas craneales. Pusieron el cuerpecito sobre la vías del tren esperaban
que pareciera un accidente. Fue hallado el 16 de febrero, tras cuatro días
búsqueda nacional; un tren lo había cortado en dos. Thompson y Venables, fueron
juzgados como adultos pero fueron recluidos en un centro de readaptación
juvenil donde tenían muchas libertades, en el año 2001 consideraron que ya
estaban rehabilitados y los dejaron libres con un mandato judicial para que
nadie conozca sus nuevas identidades.
Mitchell Johnson 11 años y Andrew
Golden 13 años
Son las personas más jóvenes hasta el momento que han atacado un
centro escolar. En su lugar de nacimiento es muy común que se les enseñe a los
varones a manejar armas desde muy pequeños. Sus padres frecuentaban concursos
de tiro y salían a cazar animales en los bosques cercanos. Desde su nacimiento
Andrew fue premiado con armas y rifles de cacería. Mitchell era un niño regordete sin amigos, su
única compañía era su primo Andrew,
ambos se sentían excluidos del ambiente escolar su único pasatiempo era recrear las películas
de acción favoritas con las armas reales que poseían. El motivo del ataque a su
escuela primaria es simple, Mitchell le pide a una compañera de escuela que sea
su novia, ella se burla y le dice que
jamás va a salir con él, esto lo enfurece y amenaza a la niña con un cuchillo.
Una profesora interviene y al parecer suspenden Mitchell. Él y su primo Andrew planean una venganza. Al
medio día del 24 de Marzo de 1998 Andrew
hace sonar la alarma de incendios de la escuela y corre a ocultarse entre los árboles
que rodean el instituto, cuando todos los alumnos salen al patio él y Mitchell
empiezan a disparar a discreción al
principio solo apuntan a mujeres, la primera en recibir un disparo es la niña
Candance Porter de 12 años la que había despreciado a Mitchell. En total matan
a 5 personas, cuatro alumnas de 12 años y una maestra embarazada y hieren a 10 más, en cuando llega la policía
intentan huir en el auto del padre de Andrew pero los oficiales los detienen, pensando
que podrían estar relacionados con el responsable del tiroteo, grande es su sorpresa cuando los chicos
confiesan que son ellos los que dispararon a los alumnos.
Craig Price
La noche del 27 de Julio de 1987 Craig Price de tan solo 13
años de edad entro en la casa de Rebbeca Spencer una joven de 27 años que vivía
a solo dos casa de Craig. Tomo un cuchillo de la cocina y apuñalo a la mujer 58 veces. La policía
nunca encontró nada que pudiera dar con el asesino. Dos años después Pierce ya
era un joven de 15 años y acababa de entrar a la escuela preparatoria, bajo el influjo de
LSD se introdujo en la casa de unos vecinos ahí asesino a una mujer Joan Heaton
y a sus dos hijas Jennifer de 10 años quien recibió 62 puñaladas en todo su
cuerpo y Melissa de 8 años a quien ataco tan salvajemente que el cuchillo se
rompió dentro de su cuello. La policía determino que por la naturaleza del
ataque el agresor también tendría heridas, en un recorrido por las calles
aledañas los oficiales vieron a Craig con una mano vendada, uno de los policías
lo conocía le hicieron preguntas sobre los homicidios y revisaron su casa,
donde encontraron objetos que sustrajo de las casa de los Heaton. Fue condenado
a prisión y hubiera quedado en libertad poco después del 2000 de no haber sido por sus riñas en la carcel.
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